La leyenda del drum & bass, Goldie, no conoce de quietud. Recién salido de la celebración del vigésimo quinto aniversario de su obra maestra, Timeless, el icono británico demuestra que su creatividad sigue más vital que nunca. Regresando bajo su alias más introspectivo y experimental, Rufige Kru, nos presenta Alpha Omega, su primer álbum de estudio bajo este nombre en nada menos que catorce años, desde Memoirs of an Afterlife (2009).

Este largo hiatus no ha sido tiempo perdido, sino más bien un período de gestación. El proyecto Rufige Kru siempre ha sido para Goldie el conducto hacia sonidos más oscuros, personales y atmosféricos, un contrapunto a la grandiosidad orquestal de su trabajo principal. Con Alpha Omega, no solo retoma este alter ego, sino que lo evoluciona al incorporar a Submotive (el dúo formado por James Clarkson y Lewis Roberts) a la alineación, una colaboración que inyecta una nueva savia creativa y una energía breakbeat implacable al núcleo del sonido de Rufige Kru.
El álbum es un viaje sonoro que encapsula toda la gama de emociones y texturas que Goldie ha explorado a lo largo de su incomparable carrera. Alpha Omega es un torbellino de fuerza cinética cruda, donde ejercicios de batería intensos y brutales se entrelazan sin esfuerzo con pasajes etéreos y exuberantes capas de sintetizadores. La atmósfera no es un mero accesorio aquí; es un pilar fundamental. Sintetizadores extrovertidos y ritmos abrasadores se funden con ambientes fluctuantes, creando una tensión narrativa que es a la vez clásica y futurista.

La tradición de Rufige Kru de incorporar elementos vocales para profundizar la narrativa también está presente. El enigmático CASISDEAD aporta sus versos característicos sobre bases frenéticas, mientras que el venerable vocalista de jazz y drum & bass Cleveland Watkiss contribuye con muestras y actuaciones etéreas que añaden profundidad soulful y una dimensión casi espiritual a los potentes bajos y ritmos convulsivos.
Con Alpha Omega, Goldie no mira al pasado; lo reinvindica y lo lanza hacia adelante. Este trabajo no es solo una continuación del legado de Rufige Kru, sino una poderosa declaración de que la innovación en el drum & bass sigue viva, y su principal arquitecto aún tiene mucho que decir.
